Hoy hablamos del órgano más grande del cuerpo humano: la piel. Se trata de una barrera natural de nuestro cuerpo frente a cualquier clase de agresión externa. Además, nos es muy útil para regular la temperatura y controlar el intercambio de sustancias. Por último, sin ella seriamos incapaces de tener sensibilidad, no sentiríamos el frio, el calor, ni el dolor.

Para que todas estas funciones se cumplan, este órgano se compone de las diferentes capas de la piel.  Cada uno cumple una misión especifica y consta de unas características diferentes. Todas son fundamentales para el correcto desarrollo de nuestra rutina diaria y de nuestra salud, por lo que no podemos descuidar su cuidado.

 

Capas de la piel

 

Las características de la piel cambian según la parte del cuerpo de la que hablemos. Varia la cantidad de folículos, el nivel de grosor y su aspecto.  Las funciones de la piel también se adaptan a la zona, ya que algunas necesitan soportar peso, otras zonas ser elásticas y otras ser más resistentes.

Las principales capas de la piel humana son la epidermis, la dermis y la capa de grasa subcutánea, tejido subcutáneo o hipodermis. Las dos primeras están superpuestas, mientras que la tercera esta por debajo.

 

Capas de piel

Epidermis

 

La epidermis es la capa externa de nuestra piel, es decir, lo que vemos. Se trata de la “envoltura” de nuestro cuerpo. Cubre prácticamente la totalidad de nuestro organismo. Lo más característico de esta capa es que crece de manera constante. Como podemos comprobar, esta evolución no se aprecia, ya que sufre también un proceso de descamación. Esto quiere decir que la maduración de las células también debilita la unión para que a través de la descamación puedan llegar nuevas células a la zona exterior.

Su grosor varía según la zona del cuerpo. De esta forma, las plantas de manos y pies tienen una epidermis más gruesa. Sin embargo, alrededor de los ojos la piel es más final. Por otra parte, esta capa de la piel es muy sensible. Como concurren en ella una gran cantidad de terminaciones nerviosas, es más sensible a los golpes, cortes e irritaciones. También es la productora de melanina, evitando el paso de radiación a capas más profundas.Por estas razones, es fundamental asegurar el cuidado de esta capa externa con una buena limpieza facial diaria y una correcta hidratación.

 

Capas de la piel humana

Dermis

 

El principal apoyo para la epidermis es esta capa. No solamente cumple una función protectora, sino que además se encarga de eliminar deshechos y regular la circulación. Su grosor es bastante más amplio que el de la epidermis, entre 20 y 30 veces mayor. Además, la dermis también contribuye en la creación de pelos, sudor, grasa, etc. Esto quiere decir que resulta imprescindible para diferentes funciones de protección y desarrollo de la piel. Por si fuera poco, también ayuda a nutrir la epidermis y contiene colágeno y elastina, proporcionando elasticidad a la piel. Como también están presentes estructuras nerviosas en esta capa, también tiene funciones sensitivas.

 

Cuántas capas tiene la piel

Hipodermis o Tejido subcutáneo

 

Y finalmente llegamos a la capa más profunda. Se trata de la capa más espesa de todas. La hipodermis principalmente sirve para acumular grasa. Las células que la componen se llaman adipocitos y son los encargados de gestionar tanto la producción como el almacenamiento del sebo. Esto resulta fundamental para que la piel este regulada y equilibrada. Además, protege nuestro cuerpo de impactos y es la estructura base de otros elementos como el pelo, por ejemplo.

El tejido subcutáneo tiene diferentes espesores que dependen de la clase de comida, la zona del cuerpo y el sexo de cada individuo. También puede influir la edad de la persona. Su importancia radica principalmente en que sirve para aportarnos energía durante periodos de ayunas, ya que cuando estamos bien alimentados almacenas reservas para otros momentos de necesidad.

De esta forma, resulta fundamental utilizar productos de calidad para el cuidado de la piel. Debemos tener en cuenta que es el órgano más amplio de nuestro cuerpo. Por esta razón, debemos preocuparnos de mantenerlo en perfecto estado tanto por fuera como por dentro.