Los indígenas americanos la usaban desde mucho antes, pero la equinácea no penetró en la medicina tradicional hasta principios del siglo XX. Y es que, además de una planta preciosa, la equinácea tiene para los seres humanos innumerables beneficios. Especialmente tres de sus 23 variedades: la Echinacea Pallida, la Echinacea Purpúrea y la Echinacea Angustifolia, todas ellas ubicadas actualmente en los Estados Unidos. Hasta tal punto tienen valor para la salud de nuestro organismo que podemos encontrarla como ingrediente de muchísimos remedios.

En el artículo de hoy vamos a profundizar un poquito más en esta planta, sin duda una de las principales estrellas de la fitoterapia, la disciplina que busca prevenir y curar enfermedades mediante la utilización de productos de origen vegetal como el té verde. Pero, sobre todo, una protagonista importantísima de la fitoterapia infantil. Te explicaremos por qué más adelante, pero ahora vamos a detallar las propiedades de la equinácea para que nos resulta más fácil entender qué hace tan especial a esta bonita flor.

 

Equinácea propiedades

 

La equinácea es una planta que, además de mucha fibra, presenta una enorme variedad de micronutrientes como la vitamina C, las vitaminas del grupo B o los minerales del hierro, el sodio, el magnesio y el calcio. Además, esta planta norteamericana contiene en su parte superior muchos polisacáridos, los cuales están muy relacionados con una de las principales ventajas de la equinacea para nuestra salud: la de mejorar nuestro sistema inmune y hacernos más resistentes. En otras palabras: las propiedades de la echinacea la hacen valiosísima.

Pero no solo por potenciar la función inmune de nuestro cuerpo, que resulta maravilloso de por sí, sino por otros muchos beneficios descubiertos hasta el momento. ¿Cuáles? Te lo contamos ahora mismo.

 

Propiedades equinacea

¿Para qué sirve la equinácea?

 

Además del fortalecimiento del sistema inmune, la equinácea tiene propiedades antimicrobianas muy útiles para combatir los ataques de las bacterias. Esto es importantísimo porque el abuso de los antibióticos está generando el desarrollo de las peligrosas superbacterias. Encontrar alternativas naturales podría ser un buen camino para algunas situaciones concretas. Sin embargo, la echinacea no solo protege contras las bacterias. Los virus también lo tendrán bastante más complicado con esta planta echándonos un cable. Es una protectora natural.

De esta forma, infecciones víricas tan recurrentes y molestas como la gripe pueden ser prevenidas y curadas con mayor eficacia. Pero también infecciones del sistema respiratorio como amigdalitis, laringitis, otitis, sinusitis o bronquitis, entre muchas otras. E infecciones urinarias como la cistitis, gastrointestinales como la diarrea, o de la piel como los herpes. Los beneficios de la equinacea también incluyen protegernos de las reacciones de las alergias, bajarnos la fiebre gracia a sus efectos antitérmicos o aliviar todo tipo de dolores físicos.

 

Propiedades de la equinácea

Beneficios de la equinácea para niños

 

Como decíamos antes, las propiedades de la equinacea son todavía más beneficiosas y efectivas en los niños. El fortalecimiento del sistema inmunitario, que tiene lugar específicamente porque la equinacea fomenta que el cuerpo humano produzca aún más glóbulos blancos, los agentes protectores por excelencia, es más importante en edades tempranas. Después de todo, los niños no poseen un sistema inmunitario totalmente desarrollado, lo que hace bastante trascendente cualquier ayuda extra desde el exterior.

Por otro lado, la equinacea también posee propiedades antiinflamatorias. Los niños, debido precisamente a que no tienen un sistema inmune completo, suelen sufrir más infecciones que generan procesos inflamatorios. Pero también sufren más caídas y golpes. También, por lo general, son más propensos a padecer indigestiones. ¿Y son capaces de adivinar qué planta es bastante buena contra eso? Efectivamente, la equinacea. Por todo ello, y como decíamos, es tan recomendable y útil la equinacea para los niños.

Puede encontrarse en infusiones, como extracto seco, en cápsulas para tomar y en cremas y lociones.